Ha costado,
pero al final le he vencido. El Pico de Sao Mamede (en el Parque Natural de Serra de São Mamede, Portugal) es el punto más alto del Sur de Portugal y
siempre se me resistía. Los tracks marcan casi siempre una distancia de 25
kilómetros de ida y vuelta por lo que ir solo cuesta pereza ya sea porque en
invierno hay pocas horas de luz o porque en verano, cuando hay luz, las fuentes
de agua escasean un poco y hace muuucho calor. Así que este fin de semana,
aprovechando que iba a estrenar botas, me lancé a la aventura y con paciencia
me decidí a atacarlo desde el lado oeste, o sea desde Portalegre. Más
concretamente desde un pueblecito muy pequeñín que se llama Ribeira de Nisa. No
había un track establecido desde allí en mi aplicación así que decidí, al igual
que estrenaba botas, estrenar aplicación de mapas portugueses y utilizando una
ruta establecida me la jugué en un punto para subir al Pico que está a 1.027
metros de altura. Sí, sin pensarlo decidí estrenar botas, aplicación móvil y
¡oye, una maravilla! (también me podría haber perdido y acabar con ampollas
hasta en las orejas, pero no… salió todo a pedir de boca)
Sobre la
ruta inicial que marcaba unos 12 kilómetros acabé caminando los que marca el
track; 17,07 kms. Pero es que, si quería subir al Pico, había que hacerlo.
Insisto; funcionó y, por fin lo conseguí.
Empieza la
ruta en el pueblecito que digo arriba a unos 515 metros de altura con una
subida tremenda para que te vayas enterando. Es una subida con un montón de
cantos rodados por un camino que muy limpio no es que esté, pero bueno que al fin y al cabo te
lleva hasta casi los 700 metros de golpe por lo que, quitando lo "feo" de este tramo vas calentando las piernas. Una vez llegado a este punto empieza
el espectáculo que hace que se te olvide ese tramo feo porque empiezas una
bajada de cuento en la que no puedes evitar parar cada poco a hacer fotos por todos
lados; mires a donde mires hay un cuadro: alcornoques centenarios por
todos lados, helechos secos y marrones, un montón de cortijos derruidos, senderos trazados por alguien que pinta cuentos, etc.... La
bajada te lleva hasta lo más hondo de un valle donde la Ribeira de Nisa
discurre tranquila y estrecha ahora. Así que a saltar riberita porque toca subir por la que creo que
es la parte más fea de este primer tramo de la ruta; un camino
flanqueado de eucaliptos que, no siendo bonitos tampoco son feos, pero a mi me dan como un poco de mal rollito. Ni que decir
tiene que la señalización de la ruta a base de franjas rojas y amarillas hace ya un rato que no se ve.
Primera sorpresa: Sierra en estado puro
Cortijo que ha pasado a mejor vida
Cuando
llegas arriba se inicia una bajada que relaja un poco las piernas y vas acompañado
por la derecha de los eucaliptos que has dejado y por la izquierda de los primeros
pinos que ya no te van a dejar hasta unos metros antes de ver las antenas en la cima. Una
vez que bajas… hay que volver a subir. Es lo que tiene esta ruta: muchas subidas y bajadas. Sigo el track marcado inicialmente y
me encuentro con un pinar muy bonito que transcurre por un sendero perfecto que hay que
seguir y que seguiría hasta el más inexperto porque es de lo más intuitivo (ya se
sabe; donde hay sendero hay “civilización”).
Sigues
subiendo por ese sendero y te sorprenden unas peñas a la izquierda que permiten
ver lo alto que estás ya; a 5,5 kilómetros del inicio (Es el Cancho dos Altos. 800 metros). Me
lo encontré de casualidad porque me equivoqué de sendero y decidí seguirlo ya que llegaba al
mismo punto que el marcado al final en el track. A partir de aquí empieza una
bajada con la que hay que tener mucho cuidado porque es estrecha y muy
pronunciada. Ahí mis nuevas Vibram se portaron genial, la verdad (¡ojo! y ninguna
ampolla). La bajada te lleva hasta una carretera que tienes que cruzar para
seguir subiendo.
Nada más cruzar
la carretera entras en una Quinta abandonada, que tuvo que ser preciosa en otros tiempos, para
seguir otro sendero que te va a llevar, subiendo, hasta otra carretera (EM 522).
El ascenso por este sendero transcurre por la bajada de una correntía que tiene
pinta de enfadarse mucho cuando lleve agua.
Ahora sí; una vez
llegados a la carretera nos encontramos en el punto crítico porque tienes la subida al
Pico justo delante. Hay que decidir; si te rindes solo tienes que tirar a la derecha y seguir el track
marcado (nadie te podrá decir que no has hecho una gran ruta). Estuve a punto de rendirme porque tanta subida, bajada y concentración para no
perder senderos me tenía un poco cansado. Solo quedaban 4 kilómetros para
disfrutar de una Sagres bien fresquita y, a lo mejor, acompañarla de una buena bifana. Pero ¡qué coño! Había madrugado para subir e iba a subir.
Solo había una forma de subir; en línea recta. No había más. Estás a 800 metros y tienes que subir hasta los 1.031 en dos kilómetros. Pues ale… vámonos. En mi caso lo hice en tres tramos que coincidían con los cruces que tiene esa pendiente con otras pistas forestales y la verdad es que se hace bien. La llegada es una maravilla, la verdad. En mi caso suponía haberle ganado la partida a Sao Mamede por el lado menos esperado; el oeste. Emocionante. Horizonte a 360 grados y olor a pino.
… Y ahora
viene la fase de descenso. Hay dos opciones; o bajas por los cortafuegos hasta
que enlazas con el final del track inicial o si te da miedo te comes otros
cuatro kilómetros de marcha. Yo elegí la primera opción y tardé en bajar veinte
minutos lo que me había costado subir hora y pico. Una gozada, la verdad.
Cuando el
GPS te dice que has cogido otra vez el track inicial y piensas en que la vuelta
será pesada (algún día hablaré de las “vueltas”) te encuentras con OTRA ruta.
Un estrecho sendero que discurre paralelo a una riverita que es una gozada.
Llegas a una ermita en ruinas que da un poco de mal rollo y sigues hasta que la cosa
empieza a descender hasta Nisa. Ojo al descenso final porque es como la subida
del principio; un montón de piedras que ruedan por una pendiente bastante
pronunciada. Llegas al pueblo y te tomas una Sagres bien fresquita (sin tapa,
eso sí…. Mejor que dejes en el coche algo de embutido y pan para celebrar el
triunfo sobre Sao Mamede porque el tema de las tapas en Portugal como que todavía no se ha inventado). También puedes comer allí, pero ten en cuenta que
ellos van con una hora menos y cierran antes que nosotros las cocinas.
EN DEFINITIVA. UN 10 DE RUTA
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