TRACK DE LA RUTA
Wikiloc | Ruta Puebla-Guadalupe
Esta ruta ha sido interesante porque hemos conseguido hacer otro mogollón de kilómetros sin pisar un centímetro de autovía. No es que sea enemigo de la autovía, pero hay que reconocer que en moto es un aburrimiento total (hablo de ir en Custom, no sé cómo será en otro tipo de moto, pero mucho me temo que será igual). La ruta que hemos hecho en sí es bastante completa aunque el primer largo tramo es un poco feo, para qué engañarnos. Salimos de Montijo en dirección Villanueva de la Serena por la EX-209 que no es carretera fea del todo –lo que sucede es que la tenemos trillada- al llegar a Mérida conectamos con la que nos lleva a Villanueva de la Serena -EX-307 y EX-105 desde Guareña) para, desde allí, por la N-430, buscar el desvío hacia la carretera que te va a llevar a Guadalupe; es el desvío de Obando. Hasta entonces es una carretera fea, anodina, con el único atractivo de que si te desvías a la derecha entras en la zona de pantanos del este de Badajoz que da mucho juego, pero vamos a lo que vamos. Una vez que encontramos el desvío a Guadalupe, por Obando la cosa se pone interesante porque vas subiendo en altitud y si miras a derecha e izquierda lo vas notando; el la EX-106. Vas viendo como los picos que tenías a lo lejos los vas teniendo más cerca y más bajos que tú. Empieza a haber curvas suaves que se pueden gestionar genial porque el asfalto está en perfectas condiciones, pero es que te da igual porque el paisaje lo gana todo. Se puede observar toda la Sierra de Guadalupe y, al fondo de esa pantalla de mil y pico de pulgadas, el Pico Villuercas (el día estaba para estar en moto, la verdad. Era un día radiante). Finalmente llegas al cruce de la carretera de Guadalupe a Cañamero (Collado de Martín Blasco) y bajas a Guadalupe (Puebla de Guadalupe para el que no sepa el nombre completo) en una infinidad de curvas con las que hay que tener cuidado si no conoces la zona. Es un descenso muy divertido para casi olvidarse del freno e ir frenando con la caja de cambios para que la moto agarre en las curvas.
Y te plantas en Guadalupe por debajo del maravilloso viaducto. Estaba petada de gente (Semana Santa y 25 grados, imaginad). Es un pueblo que siempre me ha gustado; no me canso de ir. Se impone aparcar en los bajos de la Hospedería y aparecer en la Plaza del Monasterio a tomarse una(s) cervezas y una morcillita picante. A ver, os prevengo; en cualquier sitio menos el que está justo en frente del monasterio (haciendo esquina). Si no me entendéis probad a sentaros, pedid una cerveza y la cuenta… veréis como ya me entendéis.
Viaducto
Y la vuelta. Siempre digo “la vuelta” cuando realmente lo que habría que decir es “seguimos con la ruta” hasta el próximo punto que, en este caso es el Cañamero (donde se come genial). El tramo de 22 kilómetros es simplemente espectacular. Subes hasta el puerto y desde allí se inicia una bajada con una carretera ancha, con curvas abiertas en la que suele haber mucho tráfico de motos, pero da igual porque no se trata de una carretera para correr. Es una carretera para darle gracias a Dios por el paisaje. ¿Y el Olor? Llevo siempre casco Jet abierto por lo que lo huelo todo, pero este sitio es alucinante porque ¿os acordáis de como olía la caja de lápices de colores Alpino? Pues igual. Alucinante.
De cañamero a Miajadas es un pelín aburrida porque llega un momento en el que el paisaje se aplana y las rectas largas van ganando a las zonas de curvas, pero haberlas "haylas".
Una vez que llegas a Miajadas llevas ya un montón de kilómetros en el culete por lo que es muy típico ceder ante la tentación de hacer los últimos 60 kilómetros por autovía a eso de 120 o 130 kilómetros por hora. Os digo que es un error, en serio. Si buscáis la salida a Cáceres os vais a encontrar con otra carretera preciosa; la EX-206 que puedes seguir hasta Montánchez (con una subida a la sierra alucinante) u optar por hacerle caso al culete y acortar por el desvío de Arroyomolinos. Eso hicimos. Sorpresa: ¡ha vuelto a abrir el Cruce de las Herrerías!
Paramos a tomar un café y un helado y continuamos por la N-630 hasta el desvío a la Nava de Santiago. Aquí ya va oliendo a casita. Si no la conocéis es una carretera muy cuca para pasear e incluso para iniciarse en esto de las motos por sus curvas amables y tal. Esta carretera te va a llevar a La Nava de Santiago y desde allí a Montijo. Otros 20 kilómetros de carretera entretenida.
Conclusión: 327 kilómetros sin pisar la autovía. Un lujazo.